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Conoce a Donald y cómo la Escuela Taller de Tumaco (Col.) llegó a su vida en el momento indicado.

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Me llamo Donald Maquinez y vengo de la vereda El Descolgadero Río Mira (Col). La vida que me ha tocado ha sido un poco dura porque desde chamaco, a la edad de ocho años me vi forzado a trabajar debido a que nunca tuve padre quien lastimosamente nos abandonó cuando yo tenía apenas 2 meses de nacido y lo conocí cuando cumplí diez años. Desde muy pequeño aprendí que si necesitaba o quería algo debería trabajar y principalmente lo hacía para ayudarle a mi mamá, ella que es todo para mí.

«Mi deseo es construir mi propia casa porque con todo lo que hasta ahora he aprendido me siento en la capacidad para hacerlo».

Llegué a la Escuela Taller de Tumaco (Col.) a través de una hermana que me informó acerca de las becas y no dudé en matricularme en el Técnico en Construcción. Cuando ingresé desconocía muchas cosas sobre construcción y me causó curiosidad saber de qué se trataba y así comenzó a gustarme.

Lo que más me ha gustado es la gente, las personas con las que me he encontrado son muy buenas y nunca había visto una amistad así como la que he sentido en la Escuela y eso que apenas nos estamos conociendo; son personas que lo apoyan a uno en lo que uno quiera hacer y cuando uno tiene un problema siempre están allí para ayudar, también me hacen entender que cuando uno está haciendo mal las cosas, hay que trabajar para mejorar en lo personal.

Mis aspiraciones son organizarme, actualmente vivo en la casa de una hermana y mi deseo es construir mi propia casa porque con todo lo que hasta ahora he aprendido me siento en la capacidad para hacerlo. Otra aspiración es seguir estudiando y seguir aprendiendo.

Antes yo tenía otra mentalidad, cuando vivía en el campo miraba la situación en la que vivía y pensaba que a mí me toca tan duro y luego miraba a mis amigos que hacían parte de grupos armados ilegales y estuve a punto de meterme en esos grupos también, ahora yo pienso que si lo hubiera hecho en estos momentos sería un comandante o estaría muerto. Afortunadamente esas son cosas que a uno lo llevan a pensar y reflexionar: ¿De qué sirve tener plata y andar huyendo y no saber en qué momento se puede perder la vida o también pueden poner en riesgo la vida de la familia?

El tiempo que llevo en la Escuela Taller me ha servido para fortalecer pensamientos positivos. Acá me he rodeado de gente que siempre me está enseñando cosas buenas, gracias a Dios mis compañeros me hablan de cosas productivas. Yo me considero un instrumento de paz porque me gusta ayudar a la gente, por ejemplo, de donde yo vengo hay gente que a veces no tiene cómo alimentarse bien, si desayunan no almuerzan y pues esas cosas son las que ponen a pensar en que debemos ayudar a los demás que necesitan de nosotros. Desde niño mi mamá siempre me decía que donde come uno comen diez y hasta más; me considero una persona solidaria y mi deseo es ayudar a los demás.

Galería:

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Donald Marquinez.
Estudiante del Taller de Construcción.
Escuela Taller de Tumaco (Col.)